sábado, 4 de agosto de 2012

La valoración del talento

Podría decir que hubo una época en la que creí que el periodismo podía y debía ser objetivo. Pero estaría mintiendo. Hay una época en la que creo que el periodismo puede y debe ser objetivo. Y es esta. Hoy necesitamos un periodismo veraz más que nunca, objetivo más que nunca. Pero maltratando, persiguiendo, despreciando a aquellos que pelean por el periodismo de verdad no vamos a conseguirlo. Escribo movida por la rabia de asistir al defenestramiento de tres periodistas a quienes quiero y admiro. Hace unos días fue Juan Ramón Lucas, de Radio Nacional. Me encantaba su informativo, por no ideológico, me gustaba, me gusta, su voz y su persona. Hoy, me entero de que se han hecho realidad los rumores y los peores temores de que a Ana Pastor la relevarían de sus "Desayunos" y he sentido no solo rabia sino la desesperación de que el talento no parece ser la medida utilizada para contratar o despedir. Me encanta Ana, aguerrida, creo que objetiva,  inteligente y por si fuera poco guapa. Me gusta su trayectoria. Le alabo el que a su gusto por la información política una el de la información social. Pero eso no es lo importante; lo mejor es que le gusta al público. Alucinante. Y mi disgusto crece cuando leo que otra periodista, esta mexicana, ha decidido abandonar su país por las amenazas de muerte. Conociendo a Lydia Cacho (fue el Primer Premio Internacional YO DONA a la mejor labor profesional) supongo que se trataba ya de amenazas cercanas a la comisión de homicidio del que ha habían estado muy muy cerca quienes la perseguían por sus investigaciones sobre los grupos que se dedicaban por ejemplo al tráfico de niños... Dónde está la justicia mexicana? Dónde está la inteligencia empresarial española que en lugar de premiar el talento premia otras cosas que no me atrevería siquiera a enunciar? Aun así sigo creyendo.

5 comentarios:

  1. Eso nos preguntamos muchos, Charo. Pero, efectivamente, hay que seguir creyendo. ¿Qué otra cosa nos queda?
    Mucha suerte en Prisma.
    Susana

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  2. Yo sigo a Ana Pastor y creo que hace falta más gente como ella, que pregunta e insiste y busca hasta el final una verdadera respuesta, que es incómoda con todo el mundo, pero objetiva con todos los temas. Es una pena todo lo que esta ocurriendo, pero siempre, siempre hay que seguir creyendo.
    Un saludo.

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  3. Hola dire. ¿Se puede debatir? Me da miedo decir lo que pienso, ¿te lo puedes creer? Y no creo que sea bueno... Amo a mi profesión, no lo puedo evitar, y estoy convencido de que los periodistas tenemos que ejercer la autocrítica con rigor. Le deseo lo mejor a Ana Pastor, pero "subjetivamente" no me gustaba como periodista -otra vez no coincidimos, así que tengo oportunidad para aprender-, y siempre me pareció que su subjetividad -no creo en la posibilidad de la objetividad sino en la honestidad profesional- estaba sesgada. Pienso que ella creía que no era así pero la ideología es un cristal de lucha que puede apartarte de lo veraz. Mi profesor marxista de la Universidad Gil Novales concluyó su última clase magistral diciendo "no olviden que el poder tiende a convertirse en poder absoluto; y la única forma de evitar que eso suceda es que ustedes piense". Pensemos, son tiempos difíciles y nuestro país -es decir, nuestras gentes- necesita de nuestro pensamiento. Me he atrevido... periodismo obliga. Bss. Te echo totalmente de menos en la revista. Todo es hueco.

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  4. Yo creo que no hace falta ser objetivo, nadie lo es, simplemente ser veraz y justo. En el caso de Ana, se le veía a la legua en qué lado se alineaba personalmente, hablo de sus entrevistas a políticos, por ejemplo. Incluso cuando era moderadora en 59 segundos sonreía a unos y a otros no. Es algo muy prosaico, lo sé, pero ocurría. En todo caso, el problema está en que haya una tele estatal, ya que el gobierno se cree que es gubernamental y, a partir de ahi... horror.
    Besitos! mamen

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  5. Los gobiernos no deben intervenir en la elección de los periodistas. Cualquier Gobierno que lo haga tenderá sin duda a elegir a quienes de alguna manera les resulten serviciales. Eso ha pasado
    siempre y me ha escalofriado siempre. Habría que empeñarse en encontrar el mecanismo que lo impida

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