sábado, 29 de diciembre de 2012

Mis doce uvas

1- ¿Qué pedrada cerebral y sobre todo en el corazón tiene que haber recibido una persona para perpetrar el asesinato de un bebé de 14 meses? ¿Qué golpe tiene que haberle dado para matarla? ¿Cuántos años le caerán? ¿Saldrá bajo fianza?
2- Pienso en los padres y hermanos de las jóvenes muertas en Madrid Arena y se me rompe el corazón. ¿Cómo van a celebrar el fin de año? ¿Cómo estarán celebrando estas fiestas?
3- (al hilo de la anterior, y empezando a atragantarme) ¿Qué más datos tienen que salir a la luz sobre el acontecimiento más trágico del año en nuestro país, para que se produzcan dimisiones en el Ayuntamiento de Madrid? (la salida de la cárcel del empresario Miguel Ángel Flores, tras pagar una fianza de 200.000 euros será legal, pero me da vergüenza ajena; ¿cuánto valen las vidas de cinco jóvenes?)
4- (al hilo de las dos anteriores y sigo atragantándome) ¿Hemos estado en peligro quienes hemos acudido en alguna ocasión a un concierto en la Cubierta de Leganés, cuando hemos participado en conferencias en el Palacio de Congresos del Paseo de la Castellana o cuando hemos presenciado en directo la ceremonia de entrega de los Premios Goya en el Palacio de Congresos de la Comunidad de Madrid? Así debe de haber sido. Si no, no entiendo los cierres de los tres locales citados. ¿No sería más lógico arreglar sus deficiencias? Porque, sin ir más lejos, el hecho de que los Goya de este año se celebren en el hotel Auditorio de Madrid me resulta tan chocante..., tan poco glamouroso, tan decepcionante...
5- (he recuperado el resuello) Pienso en Nadal. Pienso en cómo la enfermedad iguala. Siento la suya. Pero estoy segura de que lo superará, para volver a ganarse los lugares perdidos, que lo hará, sin duda, porque su fuerza y su capacidad de trabajo no las merman ni una rotula ni un virus.
6- Me apena la situación de tanta gente que conozco (y tanta que desconozco) obligada a cambiar de vida por culpa de la crisis. Pienso en aquellos que han encontrado en el suicidio el único y último compañero de su viaje. Y no  me refiero tanto a quienes han aparecido en la prensa, suicidados para no hacer frente a sus deshaucios, sino a todos aquellos que no han aparecido en los papeles y que, sin embargo, han seguido el mismo y triste camino.
7- Brindo con dolor por aquellos que han pasado al otro lado de la consciencia, a quienes han ofrecido su brillantez a la locura. A lo largo de mi vida he comprobado varias veces la diferencia que existe entre decir ¡qué loco está! fulano o mengano y ver cómo fulano o mengano se vuelve loco (si es que es justo y políticamente correcto usar ese término). En los últimos días de este año que acaba he vuelto a vivir un caso cercano y me hunde.
8- Doy gracias a quienes me acompañaron en los últimos siete años y medio (hasta julio de este que finaliza), a quienes fundaron conmigo la revista YO DONA, a los que se fueron, a los que quedan. Con ellos formé un equipo de éxito que me ha hecho muy feliz y que me causó tremenda pena abandonar.
9- Doy gracias a quienes pusieron entre mis manos, mi corazón y mi cerebro un nuevo reto. Desde agosto, preparo el lanzamiento de la revista GRAZIA, que verá la luz el próximo año. Doy gracias a quienes han decidido acompañarme en esta nueva andadura, seguros (como también estoy yo) de que seremos un equipo de éxito.
10- (me atraganta la emoción) Brindo por la Luna llena que no puede ser más bella y mejor regalo natural cuando acaba el año. Parecería un buen presagio. Tal vez sea solo mi deseo.
11- Con los años, se aprende a valorar más los sentimientos, el amor, a los seres queridos. En un año en el que siguen faltando algunos que nunca debieron irse, en un año, como están siendo los últimos, complicado, hay que agradecer el amor de familia y amigos, que son el apoyo, incluso económico, de personas que nunca pensaron que el vuelve a casa vuelve se produciría fuera de la Navidad y por estricta necesidad económica. Yo agradezco contar con amigos y familia maravillosos, siempre apoyo, siempre seguridad emocional.
12- (ahora ya me atraganta del todo el típico nudo, y no precisamente gordiano) Me siento una privilegiada sabiendo que el día 1 de enero tendré trabajo.
¡FELIZ AÑO 2013!

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